31 de marzo de 2008

Solicitada del día domingo 30-03. Diario "Río Negro"

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Rehenes de Monsanto (Por Raul Montenegro)

Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Qué duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Qué duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano.
Qué duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.
Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de BASF y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos sólo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.
Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena.
Qué duro es saber que miles de argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos.
Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan.
Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro Chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos, las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.


Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo
Presidente de FUNAM
Premio Nóbel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biología Evolutiva,
Universidad Nacional de Córdoba (Argentina)

Comunicados de prensa del CLXVIII Congreso de la UnTER. Catriel, 28 de marzo de 2008

A un año del asesinato del compañero Carlos Fuentealba

El CCLXVIII congreso de la UnTER sesiona bajo el nombre del compañero Carlos Fuentealba asesinado por defender el derecho a enseñar y aprender en condiciones dignas en la provincia de Neuquén.
A un año de que un personero del poder fusilara pública e impunemente a Carlos Fuentealba los trabajadores y trabajadoras de la educación de Río Negro, reunidos en Congreso, hacen suyo el pedido de Juicio y Castigo a los responsables políticos e ideológicos y renueva su compromiso de acompañar cada una de las acciones que se promuevan desde ATEN; plenamente convencidos que el derecho a la vida jamás puede estar sumido al derecho a la propiedad privada, porque no hay mayor homenaje que continuar la lucha por la verdad, si nos proponemos construir una sociedad justa, digna y solidaria.


Repudio al accionar político del Gobierno

El CCLXVIII de la UnTER repudia el accionar político del Gobierno Provincial quien en un acto de irresponsabilidad manifiesta modificó la propuesta salarial aceptada por los docentes, reactivando el conflicto educativo y poniendo en riesgo el normal desarrollo del Ciclo Lectivo. El gobierno de Miguel Saiz no sólo burla al sector docente sino a toda la comunidad educativa que esperaba con mucha expectativa la resolución del conflicto, después del gesto del Congreso de la UnTER que suspendió la medida de fuerza priorizando el diálogo.
Lejos de encontrarse abocados a solucionar las múltiples deficiencias edilicias y de otras problemáticas denunciadas constantemente por padres y madres en la provincia, los vocales gubernamentales del CPE se ausentan inexplicablemente de su lugar de trabajo. Tal es así, que la señora Amira Nataine se encuentra, desde hace un tiempo, en Bariloche donde su partido político atraviesa un proceso electoral. Los docentes nos preguntamos ¿aplicará el gobierno, en esta situación, su tan promocionada premisa: día no trabajado día no pagado?
Denunciamos, una vez más, el vaciamiento del cuerpo colegiado evidenciado en su máxima expresión por el accionar de su Presidente natural: el Ministro Cesar Barbeito quien hace más de un año no concurre a las sesiones del Consejo Provincial de Educación; mientras paralelamente emite resoluciones unilaterales que generalmente corresponden a compromisos políticos y no a garantizar el funcionamiento del Sistema Educativo.

Posicionamiento de la UnTER

El CCLXVIII de la UnTER ratifica su definición política, enmarcada en la CTERA y la CTA, sobre la distribución equitativa de la riqueza.
Asimismo expresa su posicionamiento favorable, a las retenciones como mecanismo redistributivo, en contraposición de las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados, representados por la Sociedad Rural y Confederación Rural Argentina.
Un párrafo aparte merece la sojización criminal que nos deparó el menemismo con consecuencias nefastas para el campo, provocando la desertificación de la tierra y contaminando las napas con utilización de semillas transgénicas y herbicidas (propiedad de la multinacional Monsanto), desplazando así el cultivo genuino del mercado interno, expulsando y sumiendo en la pobreza y desarraigo a miles de campesinos.
Es necesario que el Gobierno y la sociedad diferencien el reclamo y los intereses, realmente contrapuestos, que existen entre los pequeños productores y los grandes empresarios de la agroindustria. En ese sentido, como trabajadores, demandamos al Poder Ejecutivo Nacional promueva una instancia de diálogo para concertar políticas que protejan a los pequeños productores, a las familias agricultores y los trabajadores rurales. Poniendo en evidencia, de esta manera, a quienes intentan utilizar este conflicto en función de intereses sectoriales antipopulares.

Pedro Bichara, Secretario de Prensa